Bienvenidos

Este es un blog colectivo sobre temas relacionados con el acontecer político de México. Agradecemos su visita y sus comentarios.

martes, 8 de diciembre de 2015

De la transición a la transacción



Martha Rebeca García Flores

“El gobierno tuvo su origen en el propósito 
de encontrar una forma de asociación que defienda y proteja la persona
 y la propiedad de cada cual con la fuerza común de todos”
Jean-Jacques Rousseau
 

Desde tiempos remotos los individuos específicamente se han  caracterizado por el hecho de contar con una racionalización la cual le permite identificar lo correcto e incorrecto, así como lo conveniente a su persona; trayendo consigo un conflicto porque lo “correcto” e “incorrecto” tienen ambigüedad en sus significados, así como tienden a la subjetividad, dependiendo la carga valorativa de cada persona por lo tanto sus elecciones son sesgadas de una u otra forma; llegando al hecho de que es imposible aislarse, vivir en sociedad es su característica propia: organización, jerarquía de poder y representación.
La vida en sociedad es necesaria porque siempre hay una coexistencia entre unos y otros, es inevitable por lo tanto que surjan los conflictos, porque en toda sociedad existen limitaciones formales e informales que se reducen al comportamiento;  por lo que surge una idea de supremacía que limite y de paso a soluciones palpables; dando lugar a una figura superior ya sea un líder, dirigente, partido político, etc. que se haga cargo de las cuestiones en donde uno como individuo aislado no puede dar solución; es ahí en donde se somete a duda la verdadera racionalización del individuo, porque se renuncia a la libertad propia para una representación por no tener la suficiente “capacidad de decisión.”
Hablando de representación, para el pueblo mexicano la llama de la esperanza sigue encendida; de que surja una fuerza omnipresente que acabe con todas las tragedias, inconsistencias y gobiernos fallidos que han traído consigo una disparidad de ideologías, una innecesaria “reformación” de estructuras legales y sociales que permitan la representación apta de lo civil.
El régimen político mexicano había sido expuesto a diversos cambios en donde hubo una transición de un autoritarismo a un gobierno de la mayoría pero fue consolidado a partir de 1994 en donde México tomó parte como país con una competitividad y pluralismo, con más representatividad e interacción de los individuos con los partidos opositores al gran partido que había implantado raíces ya en el poder.
No hay ejemplo más claro de este aire de esperanza que oscilaba en el país, que hace unos años, en el 2000, que se asimilaba con la llegada de un nuevo “mesías” que nos daría la libertad y resultados prósperos a las demandas ciudadanas; la alternancia del poder ejecutivo, después de 70 años se hacia presente por vez primera de un partido de derecha, con características conservadoras que se supondría mantendría al país dentro de un control y las cuestiones liberales se dejarían por un lado para retomar las riendas de la sociedad civil, económica y políticamente.
La desilusión no se hizo esperar, pues el nuevo gobierno no fue más que resultado de un líder carismático que buscaba el encaje con el pueblo, sin acotar nada nuevo; más que una consolidación de “clientelas partidistas” vinculadas a los partidos principales; dando auge a los individuos que se hacían llamar apartidistas o independientes pero ¿En realidad esto existe? En contextos en donde el mexicano busca alcanzar sus fines sin importar los medios, es complicado; sobre todo deslindarse de toda ideología o sentimiento hacia tal o cual partido como sociedad conservadora no apta a los cambios y por la Cultura Política tan arraigada que se ha fomentado.
No bastó un periodo de 6 años de alternancia; puesto que en las elecciones del 2006 volvió  a relucir el ejecutivo entre colores azul y  blanco, pero más que eso había un nuevo panorama electoral siendo “el cambio y no la estabilidad” lo que se le atribuye a nuestro sistema; un cambio dentro de la configuración de los partidos dejando al PRI rezagado en tercer lugar, PRD en segundo y PAN nuevamente en el primero dando paso de un desalineamiento a un realineamiento, sin mencionar el cambio en la estructura de competencia e ideológicamente.
En esas elecciones se puso a prueba la solidez de la estructura,  de las instituciones electorales y de gobierno; una extensa y potente polarización política y sobre todo partidista e ideológica que coexiste en el país; no son mucho de interés observar y proseguir avances democráticos logrados sino quedarse en el estancamiento por las luchas internas; las instituciones políticas no contienen lo necesario para administrar eficazmente las ambiciones individuales de los políticos, viendo los partidos como un mero medio para llegar a sus fines, sin hacer valer la ley y mucho menos responder a las demandas de los individuos.
Entonces podemos darnos cuenta que nuestro régimen político a pesar de haber tenido una transición sigue en el mismo pedestal de ineficiencia y es que ¿cómo lograr un gobierno estable cuando ni siquiera en el interior de los partidos existe la estabilidad?.
La alternancia en realidad no ha sido más que la transacción de la silla presidencial, con los recursos, deudas, lineamientos, y factores establecidos en el gobierno anterior; sin reflejarse en la participación ciudadana, ideologías, innovaciones. El mismo juego con diferente nombre y color.
Y qué decir de nuestro tipo de régimen; una democracia en crisis; para que pueda existir una buena representación es necesario que dentro del partido político exista una identificación, unidad, disciplina, ideología bien implementada e integración para que al estar en el poder tenga un respaldo y una interacción prioritariamente con sus representados.
Pero las declaraciones de los políticos manifiestan todo lo contrario; Vicente Fox y Felipe Calderón  en continuas riñas conforme el inexistente apoyo mutuo, por no ser Calderón el “favorito” de Fox; Fox expresando que lo que está pasando en el país conforme a violencia no es culpa del presidente en turno sino de los “malos mexicanos y extranjeros que han creado esa violencia”;  mostrándole incondicionalmente su apoyo a la competencia; entonces ¿Cómo poder confiar en quién no confía si quiera en los integrantes de su partido?.
Sin embargo, a pesar de todas las dudas que nos surgen y que es complicado exista respuesta, ¡vamos bien! Tal vez el mesías tan esperado es el presidente actual, se dice que los cambios en el país se van forjando y transcurren conforme la reforma constitucional que nos llevan a preservar  nuestra nación como Estado soberano, ampliando esas libertades y derechos expuestos  en la constitución; el presume de llevar  11 reformas y 81 cambios en leyes secundarias para el bien común de los mexicanos.
“La esperanza muere al último.”





















No hay comentarios:

Publicar un comentario