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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Peña Nieto: ¿Estadista?


Andrea Fernanda Mora Herrera
Después de que el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, recibiera el 24 de septiembre el Premio Estadista Mundial 2014 el año pasado, surgió una oleada de desconcierto entre la clase intelectual y estudiantil, quienes recuerdan al tercer año de gobierno del presidente como un momento de fuerte crisis social y económica, marcado por la desaparición de estudiantes, devaluación del peso, caída del precio del petróleo y la inminente fuga de El Chapo.
El famoso Mexican Moment no ha tenido los resultados que por ley debería tener, reformas por aquí y por allá, “decisiones acertadas que han dado un decidido impulso hacia adelante a su país y a su pueblo” –palabras de Arthur Schneier hacia Peña Nieto-, se ha concretizado de manera negativa en la aprobación del represente del Ejecutivo, que va en picada, ya que de un 55 pasó a un 44% según la encuestadora Parametría.
El caso más actual, Ayotzinapa, ha causado cierta incertidumbre en primer lugar, que el secretario de la SEDENA, Salvador Cienfuegos, niegue a toda comisión internacional que se interrogue a sus hombres (sic) a causa de lo sucedido en Iguala en septiembre del año pasado, ya que éste, deslinda cualquier responsabilidad del ejército en dicho suceso atroz, esto como respuesta a una petición de un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que ha investigado la desaparición de los 43 normalistas de la escuela normal Raúl Isidro Burgos, con motivo de aclarar ciertas inconsistencias que el gobierno habría anunciado como “verdad oficial”.
El papel de la justicia ha sido siempre relevante y necesario para lograr la paz social, sin embargo, el compadrazgo y el favoritismo dentro de una red interminable de poder han logrado allanar todo argumento en contra del sistema político mexicano. La Suprema Corte de Justicia, como órgano independiente que zanja conflictos entre dos partes, puede no considerarse imparcial ante aquellos que necesitan de una gestión inmediata, ¿por qué? Porque la sombra de aquellos “intocables” hacia grandes actores siempre aparece.
Aquella  política del bien común planteada por Aristóteles, se ha ido perdiendo dentro de su mismo romanticismo; la realidad es cruda para la sociedad mexicana: asesinatos de periodistas, feminicidios, incremento de inseguridad, contracción económica, ¿qué pasa entonces con el que sería el salvador de México? Ni salvador ni estadista. Según la RAE, el estadista es aquella persona con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado, pero esta definición va más allá de lo que a simple vista podría parecer.
Sus estrategias políticas, que incluían una variedad de reformas estructurales, no han podido desmanchar el territorio ya marcado por el narcotráfico y la delincuencia organizada. Las encuestas dan un desfavorable resultado del panorama en cuanto a la aceptación del gobierno de Peña, teniendo un 59% de desaprobación por parte de los ciudadanos mexicanos.
Lo ya dicho por el subsecretario de derechos humanos de la SEGOB, Roberto Campa Cifrián, asegura que es un exceso decir que el caso Ayotzinapa es la realidad en México, por supuesto que no lo es, basta recordar algunos de los casos ocurridos desde 2012.
1.     Tlatlaya, Estado de México donde se vio involucrado el ejército en la ejecución de 22 presuntos delincuentes el 30 de junio del 2014.
2.     Ayotzinapa, Guerrero, Desaparición forzada de 43 estudiantes el 26 de Septiembre 2015
3.     Tanhuato, Michoacán donde la policía federal presuntamente el 22 de mayo del 2015, ejecuto extrajudicialmente a 42 presuntos delincuentes
Los tres sucesos, en orden cronológico, Tlatlaya, Ayotzinapa y Tanhuato ocurrieron en tres distintos estados de la República, Estado de México, Guerrero y Michoacán, en los cuales habitan cerca de 30 millones de personas y que representan aproximadamente el 25% de la población de México, por consecuencia, el impacto generado es grande, inseguridad, miedo y desconfianza hacia las instituciones.
En medio de esta crisis que a corto y mediano plazo aparenta ser interminable, el mandatario del Ejecutivo parece satisfecho con los resultados que ha logrado su política tan extraña y poco convincente, a nivel internacional declara que ha logrado gestionar problemas como el combate a las organizaciones criminales, la pobreza y la desigualdad que domina en el país, siendo que de diciembre de 2012 a julio de 2015 la cifra es de 57 mil 410 homicidios dolosos en todo el país, mientras que el engrosamiento de la pobreza ha alcanzado al 46.2 de toda la población.
El repetitivo mensaje de querer un México pacífico se ha vuelto obsoleto para la mayoría de los mexicanos, quienes recordamos la estrategia política que Peña difundía hace tres años en medio de las campañas electorales.
Es innegable que el Ejército así como las distintas policías fueron creados para salvaguardar  y garantizar la seguridad en México, la Suprema Corte como órgano de justicia, ha perdido credibilidad para con la sociedad, quienes dudan ampliamente de su imparcial acción. Las instituciones en general, han registrado un alto grado de desconfianza a nivel nacional, lo que nos habla de una presunta descosificación social en México.
En la administración actual el gobierno no  ha cumplido con los requisitos para merecer, que de acuerdo con este organismo, el premio de "Estadista Mundial", mismo que se entrega a personas que apoyan la paz, la prosperidad y la libertad al promover la tolerancia, la dignidad humana y los derechos humanos.
El actual presidente presenta bajos niveles de aceptación política, no ha cumplido con las miles promesas que repetía en su campaña, miles de ejecuciones han sido encubiertas, las instituciones y órganos de justicia carecen de imparcialidad, inseguridad, pobreza, compadrazgos, clientelismo y populismo han sido elementos del gobierno de Enrique Peña Nieto, ¿y qué hacemos los mexicanos?
Termino con esto:
"Protesto guardar y hacer guardar la constitución politica de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrioticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la nación me lo demande".

(Artículo 87 de la CPEUM)

VOLVIENDO AL FUTURO



Karla Rebecca Esquerra Lora
A pesar de que nuestro presidente, Enrique Peña Nieto, solamente lleva 3 años en un sexenio lleno de sombrías decisiones, desaparecidos, prófugos y uno que otro aplauso (aunque sabe que no todos aplauden) han salido poco a poco a la luz, como pequeños topos, esos personajes públicos que desean postularse para toma el puesto más alto e importante dentro de un Estado presidencialista, el es el capitán del gran barco llamado México. Exactamente, el de presidente de los Estados Unidos Mexicanos. ¿Y quiénes son estos posibles futuros candidatos? ¿Quién tratará de “arreglar” a nuestro México? ¿Quién se destapará? Tomando esta palabra como clave para este texto ya que, así como la describe José Carreño Carlón en “La nostalgia del tapado”, el destapado se puede tomar como una evolución a la acción que se conocía como el “dedazo”, siendo la acción por parte del gobernante en curso que denominaba  a su sucesor. De manera que esta acción evolucionó para evitar confusiones por la decisión presidencial del “dedazo” y vencer el desafío de aquellos rivales, el elegido tendría que darse a conocer públicamente como candidato.
De manera que actualmente, en el año 2015, una de estas personas y la que más se escuchó dentro de los medios, haciendo spot publicitario, donde informó a la ciudadanía de su interés por la candidatura presidencial de las próximas elecciones del 2018, fue nada más y nada menos que nuestra ex primera dama y esposa de nuestro ex presidente Felipe Calderón Hinojosa: Margarita Zavala, nadie esperaba que se destapara, de manera que nos sorprendió a todos. Debemos resaltar de que esta mujer es inteligente, y ha vivido dentro de la esfera de la política toda su vida, puede que sea una buena opción o tal vez no, a consecuencia del sexenio de su marido y su lucha contra el narcotráfico el cual no dejó a todos muy conformes. Comentó y nos dio a entender, que reunirá a varios panistas, al igual que a distintas personas de la ciudadanía, las cuales sean capaces y conocedoras de la materia, además de que sean personas inconformes con los actuales partidos políticos. Entonces ¿se postulará como candidata independiente? ¿O continuará con el PAN?
Quien le hace disputa en el Partido Acción Nacional (PAN), es Gustavo Madero, quien fue destapado por el actual Secretario General del partido, José Isabel Trejo. El cual en una entrevista al periódico El Universal, comentó que Madero era una de las mejores opciones como candidato para el 2018. Por otro lado, existen rumores acerca de que Josefina Vázquez Mota, otra vez, quiere luchar por la presidencia, creo que no le quedó muy claro que a la gente no le interesa ni una propuesta que ella tenga, y que a varios tienen claro que “no cumple promesas”. El PAN debe de tener muy en cuenta y no ser tan ingenuo al pensar que “la tienen fácil” contra el Partido Revolucionario Institucional (PRI), puede que las personas se estén quejando y ya no confíen en el partido revolucionario y estén manifestando su inconformidad ante él, pero en cuanto lleguen las elecciones ¿volverán a votar por el PAN? ¿Volveremos a confiar en la derecha?
En el caso del PRI, podemos notar el gran interés del actual gobernador mexiquense Eruviel Ávila, al igual que Manlio Fabio Beltrones, y lo que no se nos hace sorpresa es que los secretarios de Estado del sexenio actual, también quieran tomar el lugar de la silla grande, siendo estos: el actual Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el Secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso. Así que ahora observemos de este lado, a caso los mexicanos optarán por el coloquial dicho de “más vale ratero conocido, que ratero por conocer” o en verdad aplicarán la lógica y coherencia de los actos que se han hecho y las inconformidades  en contra del actual gobierno.
Moviéndonos al otro extremo de la escala ideológica, la izquierda,  encontramos a Miguel Ángel Mancera, el actual jefe de gobierno del Distrito Federal, el cual aunque se encuentra un tanto distante al partido amarillo, es considerado como un buen candidato para los dirigentes del Sol Azteca. Aunque Mancera, no asegura lanzarse con este partido sino que está tomando la opción de postularse de manera independiente. No olvidemos al desterrado, al innombrable dentro de éste partido: Marcelo Ebrad, el cual comentó su interés y su disposición para ir tras la presidencia de la República en el 2018 y que eso es por lo que se ha estado preparando toda su vida, comentándolo en una entrevista con Jorge Ramos.
Y por tercera postulación consecutiva,  Andrés Manuel López Obrador, pero esta vez no será con el Partido de la Revolución Democrática, sino en otro partido de izquierda, con el polémico Movimiento Regeneración Nacional (MORENA). ¿Acaso la tercera es la vencida? AMLO ha perdido credibilidad con los saltos dentro de varios partidos de distinta ideología, además de su “traición” al PRD, al igual que no para de auto nombrarse como nuestro “presidente legítimo”.
Ante estas personalidades, algunos podrían seguir siendo los destapados pero… podemos llegar a considerar que aún faltan tres años para las siguientes elecciones presidenciales, las cosas cambian ya que aquí se puede tener a un  “tapado”, el cual dentro de un partido político es nombrado como el candidato representante de éste, a quien le aseguran el apoyo incondicional pero ¡Oh, sorpresa!, en realidad es otra persona quien será candidata pero se prefiere tenerla en secreto y hacerle creer al otro el apoyo de su partido, o tal vez no sea así, tal vez hasta el mismo supuesto pre candidato sabe que el no será quien compita por la “silla grande”.
Es sorprendente para muchos que aunque falte tiempo ya están saliendo y saliendo gente que quiere se presidente de la República y algunos que hasta pueden asegurar que tendrían la elección ganada. Pero en realidad, ya tenemos el tiempo encima y tendremos que ir pensando a quien le daremos nuestra confianza, nuestro voto.
El futuro trata de ir hacia nuestro presente, y estos destapados quieren viajar al futuro y regresar a la realidad para poder al menos asegurar su candidatura.
Los posible candidatos son personajes bastante interesantes, que nos dan mucho de qué hablar y podemos decir que hasta algunos son personas que podemos considerarlas capaces y realmente preparadas para ese puesto tan importante que estar dentro del Poder Ejecutivo, siendo el representante de todos los mexicanos, teniendo un poder que muchos aspiran a tener.
Mientras tanto los mexicanos estaremos muy al pendiente de cada uno de estos personajes, pero lo más importante, tenemos que seguir al pendiente del actuar de nuestro actual gobierno, sus acciones, sus iniciativas y soluciones a los problemas que se han estado suscitando en nuestra sociedad en general.


martes, 8 de diciembre de 2015

De la transición a la transacción



Martha Rebeca García Flores

“El gobierno tuvo su origen en el propósito 
de encontrar una forma de asociación que defienda y proteja la persona
 y la propiedad de cada cual con la fuerza común de todos”
Jean-Jacques Rousseau
 

Desde tiempos remotos los individuos específicamente se han  caracterizado por el hecho de contar con una racionalización la cual le permite identificar lo correcto e incorrecto, así como lo conveniente a su persona; trayendo consigo un conflicto porque lo “correcto” e “incorrecto” tienen ambigüedad en sus significados, así como tienden a la subjetividad, dependiendo la carga valorativa de cada persona por lo tanto sus elecciones son sesgadas de una u otra forma; llegando al hecho de que es imposible aislarse, vivir en sociedad es su característica propia: organización, jerarquía de poder y representación.
La vida en sociedad es necesaria porque siempre hay una coexistencia entre unos y otros, es inevitable por lo tanto que surjan los conflictos, porque en toda sociedad existen limitaciones formales e informales que se reducen al comportamiento;  por lo que surge una idea de supremacía que limite y de paso a soluciones palpables; dando lugar a una figura superior ya sea un líder, dirigente, partido político, etc. que se haga cargo de las cuestiones en donde uno como individuo aislado no puede dar solución; es ahí en donde se somete a duda la verdadera racionalización del individuo, porque se renuncia a la libertad propia para una representación por no tener la suficiente “capacidad de decisión.”
Hablando de representación, para el pueblo mexicano la llama de la esperanza sigue encendida; de que surja una fuerza omnipresente que acabe con todas las tragedias, inconsistencias y gobiernos fallidos que han traído consigo una disparidad de ideologías, una innecesaria “reformación” de estructuras legales y sociales que permitan la representación apta de lo civil.
El régimen político mexicano había sido expuesto a diversos cambios en donde hubo una transición de un autoritarismo a un gobierno de la mayoría pero fue consolidado a partir de 1994 en donde México tomó parte como país con una competitividad y pluralismo, con más representatividad e interacción de los individuos con los partidos opositores al gran partido que había implantado raíces ya en el poder.
No hay ejemplo más claro de este aire de esperanza que oscilaba en el país, que hace unos años, en el 2000, que se asimilaba con la llegada de un nuevo “mesías” que nos daría la libertad y resultados prósperos a las demandas ciudadanas; la alternancia del poder ejecutivo, después de 70 años se hacia presente por vez primera de un partido de derecha, con características conservadoras que se supondría mantendría al país dentro de un control y las cuestiones liberales se dejarían por un lado para retomar las riendas de la sociedad civil, económica y políticamente.
La desilusión no se hizo esperar, pues el nuevo gobierno no fue más que resultado de un líder carismático que buscaba el encaje con el pueblo, sin acotar nada nuevo; más que una consolidación de “clientelas partidistas” vinculadas a los partidos principales; dando auge a los individuos que se hacían llamar apartidistas o independientes pero ¿En realidad esto existe? En contextos en donde el mexicano busca alcanzar sus fines sin importar los medios, es complicado; sobre todo deslindarse de toda ideología o sentimiento hacia tal o cual partido como sociedad conservadora no apta a los cambios y por la Cultura Política tan arraigada que se ha fomentado.
No bastó un periodo de 6 años de alternancia; puesto que en las elecciones del 2006 volvió  a relucir el ejecutivo entre colores azul y  blanco, pero más que eso había un nuevo panorama electoral siendo “el cambio y no la estabilidad” lo que se le atribuye a nuestro sistema; un cambio dentro de la configuración de los partidos dejando al PRI rezagado en tercer lugar, PRD en segundo y PAN nuevamente en el primero dando paso de un desalineamiento a un realineamiento, sin mencionar el cambio en la estructura de competencia e ideológicamente.
En esas elecciones se puso a prueba la solidez de la estructura,  de las instituciones electorales y de gobierno; una extensa y potente polarización política y sobre todo partidista e ideológica que coexiste en el país; no son mucho de interés observar y proseguir avances democráticos logrados sino quedarse en el estancamiento por las luchas internas; las instituciones políticas no contienen lo necesario para administrar eficazmente las ambiciones individuales de los políticos, viendo los partidos como un mero medio para llegar a sus fines, sin hacer valer la ley y mucho menos responder a las demandas de los individuos.
Entonces podemos darnos cuenta que nuestro régimen político a pesar de haber tenido una transición sigue en el mismo pedestal de ineficiencia y es que ¿cómo lograr un gobierno estable cuando ni siquiera en el interior de los partidos existe la estabilidad?.
La alternancia en realidad no ha sido más que la transacción de la silla presidencial, con los recursos, deudas, lineamientos, y factores establecidos en el gobierno anterior; sin reflejarse en la participación ciudadana, ideologías, innovaciones. El mismo juego con diferente nombre y color.
Y qué decir de nuestro tipo de régimen; una democracia en crisis; para que pueda existir una buena representación es necesario que dentro del partido político exista una identificación, unidad, disciplina, ideología bien implementada e integración para que al estar en el poder tenga un respaldo y una interacción prioritariamente con sus representados.
Pero las declaraciones de los políticos manifiestan todo lo contrario; Vicente Fox y Felipe Calderón  en continuas riñas conforme el inexistente apoyo mutuo, por no ser Calderón el “favorito” de Fox; Fox expresando que lo que está pasando en el país conforme a violencia no es culpa del presidente en turno sino de los “malos mexicanos y extranjeros que han creado esa violencia”;  mostrándole incondicionalmente su apoyo a la competencia; entonces ¿Cómo poder confiar en quién no confía si quiera en los integrantes de su partido?.
Sin embargo, a pesar de todas las dudas que nos surgen y que es complicado exista respuesta, ¡vamos bien! Tal vez el mesías tan esperado es el presidente actual, se dice que los cambios en el país se van forjando y transcurren conforme la reforma constitucional que nos llevan a preservar  nuestra nación como Estado soberano, ampliando esas libertades y derechos expuestos  en la constitución; el presume de llevar  11 reformas y 81 cambios en leyes secundarias para el bien común de los mexicanos.
“La esperanza muere al último.”