Por María Guadalupe Méndez Ortiz
Al
tono de cóbrensela a Angélica Rivera no a los niños, llegadas las tres de la
mañana del domingo 7 de diciembre, el TELETÓN cumplió la meta…
El pasado fin de semana la institución
privada para la rehabilitación infantil, TELETÓN, celebró con éxito su programa
de transmisión anual patrocinado por Grupo Televisa. Bajo un contexto en que la
sociedad mexicana mira con recelo al gobierno irresponsable, fundación TELETÓN
llegó a la meta estimada para la construcción de un CRIT en Baja California y
el mantenimiento del hospital de oncología infantil en Querétaro.
La
imagen desgastada del gobierno federal por negligencia y nubosidad frente al
caso de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa logró desestabilizar de
manera sorprendente la credibilidad de la fundación. Mientras unos jugaban a
desenredar las míticas relaciones de poder, otros más se jactaban al publicar
los donativos en línea. Muy pocos reforzaron su compromiso con el TELETÓN
“corrompidos” por la impotencia.
La
recomendación de la ONU que señalaba la responsabilidad del Estado en temas de
salud e infancia aunada la ausencia de Lucero, pasaron desapercibidas en medio
de las declaraciones de Eugenio Derbez y Carlos Loret de Mola. La molestia era
evidente; el hartazgo social por los fenómenos de corrupción e impunidad del
gobierno, la tensión por no alcanzar la meta y las constantes críticas
cibernéticas.
Las
especulaciones sobre el rompimiento de la colusión entre la cadena televisora y
el presidente Peña no se hicieron esperar. Ya no se trataba de si la fundación
era producto de una red de corrupción, o si las empresas estaban donando para
evadir impuestos (el canto anual de las redes sociales). Si había que vender
algo la nota de la semana serían las declaraciones sorpresa de los conductores,
en horario estelar.
En
fin, me parece que la sociedad se resiste a madurar. Ni proteccionismo ni
irresponsabilidades; entonces qué queremos. La evasión de impuestos por
instituciones privadas, la malversación de fondos o el quitar responsabilidades
al gobierno no son justificaciones para marginalizar a los menores. Como
sociedad también tenemos responsabilidades; la protección y el desarrollo
integral de los niños, la familia, los ancianos, los jóvenes, los padres,
profesionistas y estudiantes.
Una
sociedad que demanda la atención del gobierno para la satisfacción de los
derechos humanos básicos, no delega responsabilidades. Si el gobierno no está
preparado, despertémoslo. Si la sociedad no se siente preparada, revivámosla.
Durante
dos días formamos parte de un TELETÓN cansado y de una sociedad asqueada por la
inhabilidad gubernamental incapaz de tender lazos de solidaridad. Yo no veo a
donde queremos llegar si aprendemos derechos humanos para pasar una materia o
posicionar los discursos políticos.
Ay México,
me desesperas.
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